Jóvenes (in)expertos

En nuestra época como estudiantes deseamos y hacemos de todo. Vivimos relajados hablando sobre los chismes de nuestros conocidos, sobre las cosas que tenemos o deseamos tener. Hacemos bromas, rompemos reglas, nos creemos poderosos; en conclusión, hacemos de todo menos estudiar porque eso es lo que menos nos importa como estudiantes.
Un clásico ejemplo se ven en alumnos que están en transición de primaria a secundaria. Ellos aun arrastran los juegos y bromas estúpidas, sumadas con el despertar sexual que empiezan vivamente a experimentar. Esta mezcla de emociones crea una bomba inestable de emoción.

Uno de los tópicos más emocionantes suele ser las bromas en doble sentido, las poses sugerentes y las constantes analogías entre algunos objetos con algunas formas fálicas. Y es que a esa edad es “normal” ver a la vida como un gran polvo que queremos consumar, a pesar que seamos inexpertos en el mismo. Aun así se las dan de experimentados conocedores del tema, detallando "sus hazañas", las cuales probablemente vieron en una película porno.

Es irónico que siendo personas cuyo coeficiente intelectual no va mas allá de la de un mono, tengan que experimentar los cambios del crecimiento sexual el cual es tan incontrolable a esa edad en donde el mínimo roce genera un estallido hormonal. Pero crecer es cometer errores ya que de ellos se aprenden pero un solo paso en falso en este ámbito puede cambiar tu vida… Para siempre.