Desapercibido

En el mundo existen personas extrovertidas, dinámicas, sociables, fácil de llevar. Algunos son más accesibles que otros, resulta sencillo entablar una conversación, te cautivan y marcan. Personas que las recuerdas y casi resulta difícil de olvidar ya sea por un gesto, por su actitud o por su belleza exterior. Existen personas que son el centro de atención, de quien el mundo habla y espera llegar a conocer; sea para entablar algún lazo amical o amoroso. En fin, en el mundo te puedes encontrar con personas “grandiosas” y conmigo.

Visita nocturna e inesperada

Había sido una de esas noches aburridas en las que el frio eriza tu piel como la de una gallina y reprime tu pensamiento a uno solo “¡Qué frio carajo!”.  Las noches de invierno son de por si aburridas, tristes, largas y heladas; solo tienes ganas de acurrucarte en tu cama con alguien para poder generar un poco de calor y si estas solo –como yo-  pues buscas lo más posible de encogerte como un ovillo de lana y enrollarte con un montón de mantas como si fueras una momia de la cultura Paracas.

Historia e histeria

A finales del año pasado sentía que estaba en el limbo, que no había razones para seguir. Estaba exhausto por lo abrumante que significaba vivir el mundo real y decepcionado de ver como todo lo que quería no estaba allí. Recuerdo que me encerraba en mi cuarto y daba rienda suelta a mi depresión, seguido de las lágrimas que brotaban por mi rostro. Pero no lloraba por la supuesta pena que me suscitaba no tener nada, sino por el pánico que nacía conjuntamente con la duda de no saber qué miércoles había pasado contigo y cual iba a ser mi camino a partir de ahí.