lunes, 12 de agosto de 2013

7 días (Parte 2)

Es curioso que cuando más ocupado estés, la vida pareciera complicarse un poquito más a propósito solo para verte irritado, fastidiado… Dicen que Dios no ahorca solo aprieta para ponerte a prueba. Pero en los momentos de tensión uno no piensa en la voluntad de Dios, solo piensa por qué carajos te sucedió eso.
Día 4
El día más ocupado que tuve fue el martes. Casi estuve desconectado del mundo en medio de trámites y coordinaciones sobre mi proyecto de titulación. Lo único que supe fue que el estado de la abuela seguía igual, aunque ahora recibía un poco de líquidos; y que ya tenían una decisión final sobre el cementerio, la funeraria, el doctor

Día 5
Estar en la semana en que tu futuro profesional se decide es tenso y más cuando aquellos detalles que eran minúsculos se crecen para joderte la vida. Lo peor es que cuando tu vida profesional depende de una simple y puta firma, esta parece ser difícil de obtener.

“Que no hay tiempo”, “Estoy muy ocupado”, “Ya se lo envía al encargado” Son las clásicas excusas que te ponen. Como si fuera poco dejan de contestarte el teléfono por tus odiosas e insistentes llamadas. Ese día, era uno de esos días en los que mi dedo medio respondía a todas las quejas, preguntas y otras sonseras más sin distinción de a quién.

Lo peor es que uno debe dejar esos problemas afuera de casa y más cuando al entrar en la misma ves a tu madre llorando porque el médico anuncio lo que uno más temía: “Ya no hay nada que hacer. Es cuestión de esperar…”

Día 6
Con todos los papeles en regla, apareció un pequeño espacio en mí, por ahora, ocupada vida. La visita a mi abuela no se hizo esperar. Al llegar a su casa, junto con mi madre, nos encontramos con 2 de mis tíos. Por alguna razón quede fuera de la habitación de mi abuela. Me senté en el comedor mientras mi madre fue a verla.

La toz había aumentado un poco. El sonido de su garganta parecía quebrantarse en cada respiro. Los sonidos de queja que emitía la pobre anciana taladraban mis oídos a pesar del apagado tono de voz. Seguí sentado en el comedor. Mi madre salió y se sentó junto a mí. Sus hermanos se reunieron con nosotros en segundos y empezaron a coordinar cual sería el menú de aquel horroroso día como si de otro evento social se tratara.

Me retire del comedor y me dirigí al cuarto de mi abuela. Ella parecía dormir, la mire por unos segundos en silencio. Su casi apagada respiración parecía estar tranquila. La abrigue un poco y me despedí de ella porque mi tiempo se había acabado y tenia regresar a la universidad.

Día 7
Era un día común y corriente. Tenía mi agenda organizada. Me encontraba entregando los últimos papeles para gestionar mi título. Estaba a un día de sustentar mi tesis. Eran alrededor de las 7 pm. Me encontraba en la cafetería del instituto. Mi móvil sonó. Mi madre con una voz seria y demandante me dice que debo ir a la casa de mi abuela cuanto antes. Colgué el móvil. Seguí llenando mis papeles en silencio y sin pensar en nada. Algunos minutos después los entregue. Salí del instituto y entonces pensé: “Mi abuela acaba de fallecer.”




Acerca de Giancarlo
Soy un poliedro lleno de aristas, rincones, luces y sombras...
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