Maleficios

Creo en la maldad. Ésta existe y es capaz de hacer daño hasta al más incauto, puro y virginal ser. Cuando el odio se apodera del alma puede llevarte a jugar con fuego. No importa si ardes con ese fuego. La satisfacción por ver arder a quien más odias llena tu alma pero a la vez cava un agujero del que después no podrás salir.

El universo es tan amplio, tan misterioso. Se dice que nuestros caminos están fríamente calculados. Que fuerzas superiores controlan nuestras acciones. Que todo lo que das recibes. Resulta difícil creer que puedes hacerle daño a alguien porque ese es parte de tu destino. Ante todo, creo que no somos perfectos y que estamos predispuestos a cometer errores. Pero ¿pedir disculpas por ello es suficiente? No.

Soy consciente que he cometido errores, que quizás he hecho daño a algunas personas sin querer, no físicas, pero si espirituales. Mi inmadurez de aquel momento me llevo a cometer errores. Manosee algunos sentimientos sin darme cuenta de lo que hacia. Para cuando lo hice, ya era tarde y herir a quien me acompañaba no era una opción.

A veces te sientes mal, notas cómo tus fuerzas son escasas, te enfermas constantemente. Empiezas a ver cómo tus sentimientos se ven perturbados por sensaciones negativas, todo te sale mal. Tu vida amorosa es un desastre, tus amigos o familiares se alejan, el trabajo va de mal en peor y si no lo tienes pues las puertas parecen no abrirse para ti. Los planes se deshacen, no puedes concretar nada, pierdes tu horizonte y todo lo que ves son sombras borrosas en tu vida.

Hasta finales del año pasado he creído fielmente que me han echado el mal del ojo, las siete plagas, me han hecho vudú y me han lanzado hasta al diablo mismo. ¡Carajo! ¡¿Por qué?! Yo mismo me sorprendo de creer en esto, pero ya he agotado miles de hipótesis, y esta parece acomodarse perfectamente en mi panorama actual.

Aunque parezca un disparate y piensen que me he vuelto un reverendo cojudo, hay que ser conscientes que hacer daño a través de brujería o rituales ha sido una práctica casi pre-histórica y muy amplia, que se ha utilizado ya sea para los negocios, las rupturas sentimentales, o simplemente hacer daño por venganza. Este ritual es actualmente muy utilizado porque es sencillo y parece tener buenos efectos con un porcentaje mínimo de error.

Como repito no creo en ello pero si en la maldad. Aquella maldad que puede llevar a una persona a cometer los actos más innombrables, ya sea por envidia, codicia, dolor, venganza o maldad pura y todos esos sentimientos negativos si creo que puedan hacer daño. Esta maldad creo me afecta, me hace tomar la decisión equivocada aunque quiera ir por otro camino. Parece como si mi intuición personal fuera siempre hacia el camino erróneo y no encuentro la forma de regresar. Es como si estuviera perdido en un bosque de noche sin tener ni una pizca de claridad. En resumen mis sentidos están bloqueados.

Quizás me esté sugestionando con todo esto. No creo que unas flores limpien mi aura o alineen mis chacras o que un tipo escupiéndome todos sus gérmenes me ayude a mejorar en la vida. Para eso tengo a mi perra que de cada lengüetazo me lava la cara en contra de mi voluntad. Como sea, mi escepticismo me obliga a reírme de estas cosas pero los hechos me dicen todo lo contrario.

Es increíble ver que no soy el único con este dilema. Buscando en internet o conversando con algunos allegados, pude recoger gran información sobre ello. Algunas amistades creen sufrir por karmas o envidias que los han llevado a cuestionarse muchas cosas al igual que yo. Pero después de una larga indagación, esta me ha llevado a una conclusión: Todo esta en la mente.

La mente es poderosa. Esta te puede salvar o incluso matar. Así que puede que sea el momento de comenzar a luchar a fondo, pensar en positivo. Hay que ser consciente que la fuerza mental es esencial, y que la solución está en nosotros. La ley de la atracción es básica. Si piensas positivo te ira bien y sino estas condenado a sufrir tu propios maleficios, ¿no?