sábado, 8 de febrero de 2014

Érase una vez…

Todos hemos oído los cuentos de Cenicienta, la bella durmiente, Blanca nieves, entre otros. Erase una vez… y vivieron felices para siempre. Los cuentos de hadas alimentan nuestros sueños de lograr conseguir el final feliz en nuestras vidas. Ser optimistas. El bien siempre triunfa sobre el mal. Desde pequeños se nos programa esta idea para, quizás, tener éxito futuro. Algunos resultan advertencias para no cometer errores, otros nos dan moralejas de vida. Pero ¿en realidad los cuentos de hadas se hacen realidad?

Hacía tiempo que no asistía al teatro. No disfrutaba de ninguna clase de arte últimamente. Así que cuando la invitación surgió no dude en aceptarla. Distracción artística es quizás lo que uno necesita en momentos críticos, en los que la falta de inspiración anida en tu cerebro, empollando; para ir creciendo y abarcando todo tu ser. Así que tal vez soñar un momento no este de más.

El amor brilla en febrero. Resulta tóxico y para algunos mortal si no lo saben manejar. Como sea, la temática del evento teatral es obvia. Admito no ser fan del romanticismo. No comparto mucho ese estilo de vida, pero lo respeto. Según dicen eso se deba a que no he encontrado a la persona correcta, a que no me he enamorado aun. Yo creo que si la encontré, me enamoré y me jodí. Quizás el titulo de la obra, o narración en este caso, no me haga saltar en un pie, pero la curiosidad de asistir a una “narración de cuentos” suena interesante ya que al oír esa palabra lo único que se me puede venir a la mente son los cuentos infantiles que contaba la abuela.

La sala estaba llena, la narración había comenzado y por suerte encontré asientos. Un intro rítmico habría la noche. La entonación, dicción y dulzura en que los cuentos eran narrados captaba toda mi atención. Me sentía maravillado, feliz; como si fuera un niño de 7 años con juguete nuevo. Admito que oír cuentos o historias me encanta. Quizás por ello mis amistades me cuenten su vida con pelos y señales. El saber historias externas a veces ayuda a poner en perspectiva tu estado actual ya que muchas veces puedes pensar que tu problema no tiene solución pero la realidad es que otra persona lo esté pasando peor que tu y es entonces que notas lo insignificante que son tus problemas en comparación a lo que en realidad significa tener un problema.

Dicen que existían7 príncipes quienes estaban prohibidos de acercarse a una torre. (…) Seis de ellos habían desaparecido, tras desobedecer las órdenes que se les había dado. El ultimo, igual que sus hermanos,  obvio la advertencia y fue hacia la torre en donde se encontró con un desafío: Si hacia hablar a una princesa, viviría y se casaría con ella. (…) Por cosas del destino, tuvo la suerte que un pajarillo, en agradecimiento, lo ayudara. Engañando a la princesa y obligándola a hablar con una simple adivinanza mal adivinada. (…) El príncipe lamentaba lo sucedido con sus hermanos y maldecía a la princesa por ello. Sin embargo ella le respondió que su destino había sido vivir, mientras que la de sus hermanos morir…

Las cosas suceden por algo, dicen. Muchas veces juzgamos y maldecimos nuestra suerte, pero es que ¿todo ya esta escrito? ¿Mi destino era este? ¿Ser aquello o lo otro? No lo sé, pero lo que si sé y entendí mientras terminaba el primer cuento era que debíamos aceptar nuestro destino cual fuere. Vivir más con el y quejarnos menos. Razonar sobre los misterios de la vida resulta agotador. La vida es aquello que pasa mientras lo hacemos. ¿No sería la vida más sencilla si viviéramos más y nos preocupáramos menos?

Cuenta la leyenda que un día, jugaban la locura, los defectos y las virtudes al escondite. (…) En su búsqueda del amor, la locura, enloquecida, arrancó un palo y lo metió entre las ramas del rosal espinado. El amor dio un grito de dolor y salió con el rostro ensangrentado. La locura, en su demencia, le había sacado los ojos. La locura, siéndose mal por la atrocidad que había cometido, se ofreció voluntariamente a servirle de guía por toda su vida. Y es por eso que el amor es ciego y siempre va de la mano de la locura. ¿Era esa la razón por la que enamoré y pase por todo lo que pasé?¡Demonios!

La noche seguía llena de intrigas y enseñanzas. Mis sentidos estaban atentos. Los cuentos parecían tener la respuesta a todo. La vida parecía de repente tener significado. Todo encajaba perfectamente. Aquel catarsis artístico era lo que necesitaba. La vida funciona mejor si todo tiene un por qué y más si ese por qué tiene un lado que mágicamente logró convertir todo un tormentoso momento en aquel que siempre soñaste. Dicen que lo bueno tarde en llegar, ¿tan bueno será lo mío?

No conozco de finales felices. Sueno como un viejo amargado con la vida. Pero es la verdad. Quizás no este amargado con la vida, tan solo se trata de que soy escéptico sobre los finales felices. Nunca he sido tan afortunado de presenciar uno. Ni por mí ni por nadie. Todos los días hay homicidios, separaciones, guerras, disputas... ¿Es que tener un final feliz es solo un sueño etéreo?

Una melódica y triste guitarra cerró la velada. En aquel momento tuve mi propio catarsis. Vino a mi mente la historia de un chico que tenía sueños, deseos y espectativas pero sobre todo que quería ser feliz, que había recorrido muchos caminos sin encontrar el correcto, que qeuría volar más alto que el cielo pero cada vez que trataba volar caía. Analizar aquel momento no parecía tan malo pero si melancólico. Aquel cuento aun no tenía un final feliz y que quizás no tenga una moraleja pero que hablaba de una persona que sentía, vivía, sonreía y lloraba como cualquier ser humano pero que sentía una doble presión al hacerlo. Aquella historia jamás escrita tomaba forma en mi mente. El pecho se me cerró por un momento. Los ojos se me cristalizaron por un segundo. El sonido de aquella guitarra parecía sacar algunos demonios internos por obra de magia. Demonios que en su momento hicieron de aquella historia una de las etapas más oscuras. Aquel mágico pero melancólico momento pareció eterno.

La mente puede ser mágica y traer muchas cosas a flote. Cosas que a veces uno piensa que ya ha olvido pero que están ahí escondidas en algún lugar recóndito. Pero así como comenzó, terminó, y la realidad me trajo de vuelta a mis cabales. La vida fue mágica por unos instantes, en los que todo tuvo significado. Suena dramático pero ¿qué sería la vida sin drama? Incluso en los cuentos de hadas no todo es perfecto. Sin embargo los cuentos alimentan esperanzas cuya materialización resulta incierta.

Érase una vez… y vivieron felices para siempre. Suena bien pero no muy cierto. La verdad de la vida es que los cuentos de hadas no se hacen realidad. La realidad es más atormentante… más oscura… Da más miedo. El bien parece no siempre triunfar sobre el mal. Y la verdad es que la realidad es mucho más interesante que vivir felices para siempre, ya que no siempre tiene una moraleja. No todo esta escrito, ni dicho o hecho. La verdad de la vida es que vivimos en un mundo sin magia, en donde, tal vez, los sueños solo son sueños que engañan al cerebro para no perder la cordura y vivir "felices" aunque sea por un instante.



Acerca de Giancarlo
Soy un poliedro lleno de aristas, rincones, luces y sombras...
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