domingo, 12 de enero de 2014

El último adiós

He tratado de comunicarme contigo por diferentes medios casi sin éxito alguno. Dime ¿que pasó? ¿Se te olvido que existo? O ya quizás ya no te importo más. Verte se volvió difícil y no se por qué, pero no puedo seguir con esto. No puedo seguir atormentándome por ti y tu indiferencia, la cual me huele a olvido.


Tú has creado una pared entre nosotros. No se si como una prueba o por diversión. Cada vez que he tratado de escalarla y pasarla, pareciera que colocas otra. Y es que desde la última vez que te vi todo han sido excusas, una tras otra, que ya me resultan difíciles de creer por lo poco ingeniosas que llegan a ser. Aquellas excusas se han convertido en mi enemigo, las cuales he tenido que confrontar estos últimos meses, pero ya me canse de batallar.

No se si te aburriste de mi o es que hay alguien más o que demonios ocurre. Sea cual fuera el motivo necesito saberlo porque mi maldita alma de periodista no me permite quedarme con supuestos y presentimientos, necesita la verdad por mas cruda y dolorosa que sea. Sea cual fuera tu preocupación, tu temor o tu odio necesito saberlo. No ahogues tus problemas o inseguridades en la conformidad de tu soledad o en algún recóndito lugar de tu mente que eso me mata. Necesito que arranques esa curita sin importar el dolor que me pueda causar. Solo quiero tu honestidad y no tu indiferencia.

Ya no puedo seguir preocupándome y llorando por tu maldito silencio. Vivir pendiente de que me llames agobia mi alma y mi corazón. Ya no puedo ni dormir pensando en ti. He repasado cada momento de mi vida contigo para saber mi error pero no logro encontrar respuesta alguna. La angustia por saber que paso me mata. Me estoy obsesionando con ello y eso no es saludable para mí. Sabes que he sufrido mucho antes y no quiero volver a pasar por ello pero mientras más pienso en todo esto, mis fantasmas del pasado vuelven y eso me aterra. No quiero volver a ese oscuro lugar. No quiero.

No pensé perderte tan pronto. Más aun cuando las cosas parecían ir bien. Sabes que te di cosas que no pensé dar, pero las hice porque te quería y confiaba en ti. Porque creía que podía haber un futuro y eso es algo que jamás sentí con nadie. Confié en ti. Sin darme cuenta te volviste una prioridad y tú ayudaste en ello. Siempre estabas ahí para mí. Más aun con mis inmaduras “rabietas.” Cuando estuve perdido te encontré. Hiciste renacer mi fe en lo bueno de la vida. Por eso me cuesta, me duele y a la vez me da rabia creer que ya no tienes tiempo para siquiera preguntar por mi.

Te quiero en mi vida y lo sabes así que, ¿por qué hacerme pasar por este infierno? Quisiera creer que estoy equivocado en todo pero ya perdí las fuerzas para salir al mundo y sonreír como si nada me pasara. Desearía saber lo que sucede para así llorar por ultima vez y no seguir haciéndolo durante las noches por tenerme colgado de la vana promesa de que algún día no veremos y explicaras lo sucedido. Cada vez que cierro los ojos todo este torbellino de dudas y emociones me atormentan y en medio de todo estas tu. Este sentimiento me agobia, atormenta y aflige. Quiero creer que aun te importo porque tu eres todo lo que veo pero parece que esto no es reciproco. Quizás alguna vez lo fue pero ahora parece ser que todo se esfumo.

No es como hubiera querido que acabe. No es la forma en como hubiera querido que supieras como me siento pero esas paredes que has puesto entre nosotros no me dejan opción. He esperado tanto por una respuesta pero tu silencio mato mi razón y sobretodo mi paciencia. Por eso me rindo ante ti. Te dejo en paz. Me alejo de ti porque al parecer ya no me quieres y ya no me necesitas como yo a ti. Pero que quede claro que lo intenté, que luché pero que aun así pareció no ser suficiente, ni siquiera para que tuvieras el valor de despedirte y decirme adiós para siempre.

Di algo antes de que me de por vencido. Solo quiero que sepas como me siento y que ya no doy más. Te he esperado, te he dado tu espacio pero has seguido encerrándote en tus pensamientos y a menos que me des una respuesta, no veo una luz al final de este túnel en que me has puesto. Solo necesito que digas algo antes de que me de por vencido. Si al final tu decisión es continuar ocultándote en tu silencio daré por sentado todos mis terroríficos supuestos, éstas serán las últimas palabras que oirás (leerás) de mí y esta carta será nuestro último adiós.



Acerca de Giancarlo
Soy un poliedro lleno de aristas, rincones, luces y sombras...
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