El corazón me late demasiado fuerte mientras escucho como sus palabras rebanan todo mi ser lentamente. Me duele. Basta. No sigas por favor. No me hagas esto, no tu. No soporto todo esto. Quiero despertar de esta pesadilla. Por favor alguien despierteme. Por favor.
Era una de esas noches en las que no podía dormir. Tome el celular y revisé mis pendientes. El calendario me señalaba que era su cumpleaños. Me quedé unos segundos mirando su nombre, no sabía si llamar o no. Había pasado tanto tiempo desde que nos vimos y temía que mi llamada resulte impertinente. Suspiré profundamente, con miedo marqué su teléfono y llamé. En mi mente pedía que no contestara. Unos segundos después escuché su voz diciendo un "Hola". Un escalofrío remecció mi cuerpo, tragué saliva y repondí su saludo. Traté de actuar normal mientras le daba mi saludo y, como ha pasado en anteriores oportunidades, la fuidez surgió y con ello la calma. Me sentí menos tenso y empecé a hablar con naturalidad como si nos hubieramos visto el día anterior.
La calma se apoderó de mi, pero no duró mucho cuando, no se si de casualidad o a forma de indirecta, mencionó que estaba saliendo con alguien. Pasé saliva, traté de respirar con calma y decidí ignorar eso. La conversación siguió su curso y volvió a mencionar el mismo tema como para asegurarse de que yo escuche. "Mierda, entonces es cierto", pensé. Pero, ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde ocurrió todo esto?. Mi interlocutor seguía hablando y en mi mente brotó el recuerdo de las promesas que me habia hecho, del tiempo, de la convivencia, del futuro... un futuro que en cuestión de segundos quedó destruido. En ese momento quise colgar el teléfono, romperlo y salir huyendo de mi casa para que nadie me encuentre ni me vea llorar, pero mi lado sadomasoquista se quedó ahí, impávido, oyendo todo y preguntando por más detalles. ¿Para qué? ¿Por qué hacerme ese daño? Aún no lo sé. Esperé el momento en que me diga que todo esto era una broma del mal gusto por su cumpleaños, que me estaba tomando el pelo como lo había hecho anteriormente, esperé y essperé, pero ese momento jamás llegó.
Cuando llegué a cuenta de que todo era verdad y no una broma inoportuna, el mundo se me vino abajo. Mi corazón empezó a palpitar demasiado rápido, tanto que oía el golpe que hacía mi cuerpo en mi cama. "Dios, no puedo estar pasando por eso otra vez" pensé. "Que esto sea una pesadilla por favor para despertar de una vez" pensé. Entonces, los ojos se me llenaron de lágrimas, pero traté de aguantar el no romper en llanto, pero no pude aguantar por mucho. Puse la conversación en mute y comenzé como loco a golpear con una serie de puñetazos mi cama, de rabia porque me sentía traicionado una vez más en mi vida. Se que no estaba en un posición adecuada para molestarme y no tenía la base para reclamar pero me dolió como mierda saber que el futuro que una vez me habia prometido se fue al carajo en un suspiro, más aún me desgarró el alma porque se trataba de la persona que más habia amado y por la quien me habia dispuesto dejar mi familia, mis amigos, mis estudios, mi trabajo, mi mundo... es decir todo en su momento para huir a su lado. Mi cabeza me dio vueltas y colapsó. De cólera agarré todos mis planes y proyectos, y los estrujé en mis manos como si se tratara de un débil papel y mentalmente lo lancé al profundo del océano.
Quedé en blanco por unos segundos mientras seguía hablandome por teléfono. "¿Aló?" me dijo su dulce voz con cierto temor. Reaccioné rapidamente y le contesté que aún me mantenía en línea. "¿Estas bien?" me preguntó. "No" dijo mi mente, mientras que mi boca buscaba las palabras correctas para disimular mi dolor. Preferí no dar rienda suelta a mi lengua y decirle que lo que me hizo fue fatal, destrozó mis ilusiones y disparó directamente a mi corazón asesinándome cruelmente. Sin embargo, sabía que eso iba a lastimar su corazón de la misma forma que destrozó el mío. "No se lo merece" pensé. Como dije no me encontraba en posición de reclamar nada, además que en el tiempo que salimos me hizo sentir la persona más feliz del mundo. Entonces llegué a la conclusión de que es mejor dejarle que sea feliz junto a otra persona. Yo tuve mi oportunidad (aunque con limitaciones) y no la supe aprovechar, por lo que ahora tenía que tragarme todo mi dolor y mi rencor para desearle lo mejor. Eso era lo más adulto que podía hacer, ¿no?
Ahora, después de mucho tiempo, creo que el amor es una cosa rara que puede llevarte al cielo y resulta adictivo como una droga, pero al igual que la misma, una vez que pasa el efecto te deja un sinsabor doloroso. Sé que no fui bueno contigo también, sé que también te hice daño en algún momento y muchas veces te hice llorar por mi egoismo, y por eso te pido perdón. Ahora solo eres un recuerdo que tendré, aunque espero poder olvidarte para poder sanar por completo.
[***]
Todo de mi amo todo de tí, tu nariz, tu labios y tus ojos; tus imperfecciones, cada arista y temores. Diste todo de tí a pesar que yo no y fue mi egoismo el que no quiso dejarte ir para que seas feliz. Espero algún día me perdones. Adiós.
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