En cada profesión existen palabras que son de uso exclusivo de su materia. Es decir, que no cualquiera las conoce o sabe lo que significan. Estas palabras definen un objeto, una acción o una persona. Algunas palabras tienen más poder que otras. Más si se usa para definir tu casa de estudios en donde importa más la definición de tu universidad que de tus habilidades.
A la hora de buscar trabajo el factor que prima parece ser el lugar donde has estudiado. ¿Es prestigioso, de calidad, popular y pituco? ¿Es el lugar que has estudiado, la madre que te ha formado, explotado y descubierto las habilidades que se te han dado por Dios y los genes de la calentura de tus padres?
El lugar donde has estudiado es tu tarjeta de presentación hacia el mundo laboral. Decir que eres un licenciado en alguna arte o ciencia y acompañado de la imagen de tu universidad te da poder. Parece ser que decir que eres de tal o cual institución te asegura un puesto laboral. Sino veamos los avisos un poco clasistas que buscan egresado de las más altas, finas y prestigiosas universidades locales.
Decir soy de tal o cual universidad genera que nuestros futuros empleadores tengan una idea prejuzgada de nuestras habilidades. Mientras más cara es tu universidad más seguro es que consigas un puesto de trabajo. ¿Osea ahora tener plata es sinónimo de eficiencia? Al hijito que papi o mami le paga la universidad, los aplazados, el repetir el ciclo y como cereza en la torta le paga al profesor, todo eso asegura que Pepito los palotes sea un experto en su área, satisfaga las necesidades y logre el éxito de la empresa que lo contrate.
No logré entrar a la universidad pero soy técnico. Técnico en comunicaciones. Lo que parece significar que no soy nada en el mundo que quiero vivir y pasar el resto de mi vida. Un ceño fruncido, una mirada profunda y una expresión dura; analizándome, juzgándome, es lo que siempre recibo, como si ser técnico fuera lo peor. De nuevo entran los tecnicismos que parece ser que ser técnico define mi falta de habilidades y capacidad para desempeñar mi labor. El mundo esta hasta las patas y lo detesto por eso.
No entiendo como algunas personas que dejan la universidad o no estudian logran sus casuales objetivos. Quizás deba prestarme sus rodilleras o mejor aun debí meterme con aquel profesor que una vez me ofreció un puesto de trabajo por ser más que su amigo y quizás así hubiera logrado más que con tener un titulo técnico.
sábado, 1 de marzo de 2014
Tecnicismos
|
|
|
|
Acerca de Giancarlo
Soy un poliedro lleno de aristas, rincones, luces y sombras... Ver todas las entradas de Giancarlo » |
Etiquetas:
Campo Laboral
,
Discriminación
,
Tecnicismos
,
Universidad
0 comentarios :
Publicar un comentario