Honestamente no recuerdo cuando fue la última vez que escribí algo para distraerme o hacer catarsis. Según la correlativa de este espacio me dice que fue hace dos meses pero a mi me parece que hubiera pasado un año. ¿Tanto así? Siento que la vida últimamente avanza a pasos agigantados sin importar qué o quien deje detrás de ellos. Ugh. Definitivamente la vida es eso que pasa cuando estoy de ocioso en vez de aprovecharla en algo productivo.
A mis 25 años siento que no he hecho nada productivo. ¿Dónde se quedaron mis sueños? Digo si alguna vez los tuve, porque ni eso recuerdo. Mi memoria es muy frágil. Según mi madre recuerdo solo lo que m conviene pero yo discrepo con eso. No sé por qué algunas cosas no las recuerdo, es como si las imágenes se extraviaran en algún rincón de mi calamitoso cerebro, como si se tratara de un trauma o algo así. Quizás sea dejadez o distracción de mi parte que hace que mi mente no se aferre a los recuerdos (independientemente de lo que sea) En parte tiene su lado bueno, supongo…
Hace un rato estaba ‘stalkeando’ algunos perfiles de mis amigos y colegas de trabajo, y siento que mi vida no se compara en nada con la de ellos, quienes han vivido tantas cosas en tan poco tiempo. Lo peor es que son menores que yo y eso me hace sentir más que viejo, un miserable que no aprovecha su vida, que por el contrario la desperdicia hongueándose en su casa durmiendo, viendo pelas o sonseando en internet. Sé que el único culpable de ello soy yo mismo, quien busco desaparecer y extraviarme del mundo real por algunos momentos -por no decir todos- ya quiero salir de mi “zona de confort”.
De otro lado, debo confesar que he perdido la costumbre de escribir porque siento que no tengo nada interesante que contar. Mi vida es monótona, tranquila y aburrida. No es como que haya participado como modelo en algún comercial, ganado un premio en alguna olimpiada, participado como jurado e Argentina, cantado en algún concurso, viajado a competir a otros países o siquiera como ocio, entre otras cosas que sí he visto que mi entorno lo ha hecho y lo sigue haciendo. En una parte los envidio pero en otra no. Lo único que me pregunto ante todo ello es ¿qué fue de mi? ‘en qué momento me perdí y me convertí en la persona que soy? No me gusta quien soy o en lo que me he convertido. Muchos me dicen que puedo cambiar pero siento que si lo hago no sería yo, sino alguien fingiendo ser alguien más para complacer a su entorno.
Tal vez la palabra "cambiar" resulte demasiado radical para mi. Es decir, ¿a quién le gusta los cambios? Quizás a unos pocos. Por eso creo que dando algunos pasitos pueda marcar la diferencia de lo que soy en lo que quiero convertirme. Para ello primero debo reencontrarme conmigo mismo a través de pequeños pasos, tomándome mi tiempo, como un bebé cuando aprende a caminar o hablar.
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Espero no perderme tanto y volver al catártico ruedo del blog.
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